Salamanca es una ciudad con mucha historia, cultura y arte. Es famosa por su Universidad y su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988. Pero en Salamanca también tenemos una gastronomía rica y variada reflejo de nuestras tradiciones más antiguas.
La cocina salmantina se caracteriza por el uso de productos de calidad, procedentes de las ganaderías que se crían en nuestras dehesas y que están por toda la provincia. También utilizamos mucho los embutidos de Salamanca, y que seguro que conoces, porque su fama les precede. Te tenemos que decir que los platos típicos de Salamanca son fuertes y contundentes, ideales para combatir el frío que hace por aquí en invierno, pero también para disfrutar de sabores intensos.
En este post te vamos a hablar de los 5 platos más típicos de Salamanca que no puedes perderte si visitas nuestra ciudad. Te contamos los ingredientes con los que se elaboran, las curiosidades sobre cada plato y el origen o la historia que los envuelve. Además, te dejaremos también nuestras recomendaciones sobre dónde puedes degustarlos y cómo acompañarlos. ¿Estás preparado para un viaje gastronómico por Salamanca? ¡Pues sigue leyendo!
Índice de contenidos
5 platos indispensables para disfrutar en Salamanca
#1 Hornazo
El hornazo es uno de los platos más populares y representativos de la gastronomía salmantina. De aspecto parecido a una empanada, va relleno de ingredientes como jamón, lomo y chorizo, aunque también puede llevar huevo duro. Estos ingredientes se cocinan al horno junto con la masa de pan que los cubre, dando lugar a un bocado muy muy sabroso.
El hornazo fue en su origen una comida propia de los pastores, que lo llevaban al campo para alimentarse durante el día. Sin embargo, pronto se convirtió en la receta tradicional de los llamados Lunes de Aguas, una fiesta de origen pagano que se celebra en Salamanca el lunes siguiente al de Pascua, y en el que las familias se reúnen para pasar el día al aire libre y disfrutar del hornazo.
El origen de esta fiesta está muy vinculado a la historia de la ciudad y se remonta al siglo XVI, cuando el rey Felipe II prohibió la presencia de prostitutas en la ciudad durante la Cuaresma. Estas mujeres eran trasladadas al otro lado del río Tormes, donde permanecían hasta el “Lunes de Aguas”. Ese día los estudiantes iban a buscarlas en barcas adornadas con flores y las traían de vuelta a la ciudad entre cánticos y bailes. El hornazo era el alimento que llevaban para compartir durante el trayecto.
Hoy en día, el Lunes de Aguas se ha convertido en una jornada festiva y familiar, en la que se mantiene la tradición de comer hornazo al aire libre, junto con otros productos típicos como las rosquillas o las tortillas. Si quieres probar el auténtico hornazo salmantino, te recomendamos que lo hagas en alguna de las panaderías o pastelerías tradicionales del centro de la ciudad, que no te costará encontrar. Si estás fuera, no hay excusa para no probar este manjar. Uno de los obradores tradicionales más famosos de la ciudad, lo envía recién hecho a domicilio es Adypamata. No nos des las gracias.
#2 Chanfaina
Chanfaina de Salamanca. Fuente: OK Diario
La chanfaina es otro de los platos más típicos y antiguos de Salamanca. Se trata de un guiso elaborado con arroz, carne y sangre de cordero cocida, además de pimentón, guindilla, ajo y laurel. Es un plato de cuchara muy sabroso y aromático, que tiene influencias árabes y judías. La chanfaina se suele servir como aperitivo los domingos y días festivos en muchos bares y restaurantes de la ciudad.
También es un plato muy común en las matanzas del cerdo, ya que se aprovecha la sangre del animal para prepararlo. El origen de la chanfaina se remonta a la Edad Media, cuando los pastores y los campesinos la elaboraban con las vísceras y la sangre de los corderos que sacrificaban. Era una forma de aprovechar todas las partes del animal y de obtener un plato nutritivo y energético. Si quieres degustar la chanfaina salmantina, te aconsejamos que lo hagas en alguno de los establecimientos que se especializan en este plato, como el Mesón Cervantes.
#3 Farinato
Huevos fritos con farinato. Fuente Instagram
El farinato es uno de los embutidos más típicos y singulares de Salamanca. Se elabora con manteca de cerdo, harina de trigo, cebolla, sal, pimentón y anís. Tiene un color rojizo y un sabor dulzón y especiado. Se suele consumir frito o asado, acompañado de huevos fritos o revueltos. A los “charros” nos encanta, y lo comemos sin esperar una ocasión especial.
El farinato es un producto con mucha historia, que se remonta al siglo XV. Algunos historiadores creen que los judíos conversos lo inventaron para simular el consumo de carne de cerdo y evitar así las persecuciones de la Inquisición. De hecho, el nombre de farinato proviene del latín farina, que significa harina, ya que este era el ingrediente principal del embutido.
Lo que es seguro es que siempre fue un plato muy humilde, propio de las clases más pobres, porque se elaboraba con ingredientes que tenían poco valor comercial, pero que mataban el hambre. Aquí en Salamanca se lo conocía antiguamente como el “chorizo de los pobres” y el refranero popular decía: “El farinato, pa’l gato; la morcilla, pa’ la gallina; el chorizo, pa’ quien lo hizo; y el lomo yo me lo como”.
Hoy este producto tan único de Salamanca se abre paso en las mejores cocinas como una delicatesen, con denominación de origen protegida. Se elabora principalmente en la comarca de la Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca. Algunas de las localidades más famosas por su producción son Ciudad Rodrigo, La Alberca o Miranda del Castañar.
Si quieres probar el farinato salmantino, te sugerimos que lo hagas en alguno de los bares o restaurantes que lo ofrecen en su carta, como el Restaurante Don Mauro, o los bares que hay alrededor de la Plaza Mayor. Si quieres comprarlo para llevártelo a casa, lo encontrarás fácilmente en los mercados tradicionales del centro de la ciudad y en la mayoría de las carnicerías, ya que como te he dicho, los salmantinos lo consumimos habitualmente. Tiene un precio bastante económico que suele rondar los 4,00-6,00 €/kg.
#4 Patatas revolconas
Las patatas revolconas son un plato sencillo pero delicioso, que se elabora con patatas cocidas y machacadas a mano, a las que se añade pimentón, ajo, aceite y sal. Se sirven calientes y coronadas con torreznos o panceta frita, que le dan un toque crujiente y contrastan con la textura cremosa de las patatas.
Las patatas revolconas son un plato muy típico de la cocina castellana, que se consume en varias provincias como Ávila, Cáceres o Salamanca. Su origen se sitúa en las zonas rurales, donde era una comida habitual de los jornaleros y los pastores, que aprovechaban los ingredientes más humildes y abundantes para elaborarlo.
Las patatas revolconas son un plato muy versátil, que se puede tomar como entrante, como guarnición o como plato principal. También se pueden acompañar con otros productos como chorizo, morcilla o jamón. Si quieres disfrutar de las patatas revolconas salmantinas, te recomendamos que lo hagas en alguno de los locales que las preparan con maestría, como el Restaurante Casa Paca.
#5 Rosquillas de Ledesma
Las rosquillas de Ledesma son un dulce típico de la localidad salmantina del mismo nombre, situada en la comarca de Tierra de Ledesma, a unos 35 km de la Salamanca. Son unas rosquillas muy pequeñas, de unos 2 cm de diámetro, muy duras y compactas. Se elaboran con harina, huevos, manteca y azúcar, y se hornean hasta que quedan doradas y crujientes.
Las rosquillas de Ledesma son un producto artesanal, que se elabora siguiendo una receta tradicional transmitida de generación en generación. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando las monjas del convento de Santa María la Real comenzaron a hacerlas para venderlas a los viajeros que pasaban por la villa.
Las rosquillas de Ledesma son un dulce ideal para acompañar el café o el té, o para tomar como tentempié a cualquier hora del día. También se pueden mojar en leche o en vino dulce para ablandarlas y potenciar su sabor. Si quieres probar las auténticas rosquillas de Ledesma, te aconsejamos que las compres en alguna de las pastelerías típicas de la ciudad, o en obradores, como La Tahona de la Calle Toro. También es relativamente fácil comprarlas online.
Conclusión: Te recomendamos los mejores platos de Salamanca
Al ser platos tan contundentes, una buena idea es pedirlos para compartir entre varias personas. Otra opción que te recomendamos es visitar los bares del centro de Salamanca, donde la mayoría de estos platos los puedes pedir como tapa para acompañar la bebida. Así podrás probar varios y repetir del que más te guste. En Salamanca, el precio de un vino y una tapa suele estar entre los 2 y 4 €, dependiendo de la zona de la ciudad y lo elaborada que sea la tapa. Aquí nos encanta tapear, y seguro que le vas a coger el gusto.
Esperamos que te haya gustado la historia de nuestros platos más típicos. Yo te diré que somos unos enamorados del hornazo, y una gran embajadores de este plato allá donde vamos. Así que ya sabes cuál es nuestro preferido. Cuando nos visites no te olvides de probarlos todos, y contarme cuál te ha gustado más. Saludos desde Las Arribes del Duero!
